I took a trip down to L'America

lunes, 8 de septiembre de 2008

I'm back!

Esta historia de la bitácora de viajes no deja de tener su coña. Cuando estoy diciendo a todo el mundo que me voy, me toca venir aquí a decir que he vuelto. Por esas gracias del destino, o de la planificación de mi grupo, el próximo domingo se cumple un añito del último post que escribí desde el lejano oriente. 

Un año que ha dado para mucho, por todos los lados, sus cosas buenas, sus cosas malas y las apacibles calmas con moraleja que han seguido a las tormentas. Podría hablar del DEA, ese monstruíto de casi 100 páginas que me tuvo a mal traer unos cuantos meses. Podría hablar de la Orquesta Piticli, la singularidad más felizmente divertida y rocanrolera que recuerdo en mucho tiempo (y lo que te rondaré, morena...). De noches, del '87, de bodas de amigos que me han destrozado, de que por fin, por fin, por fin conseguí ponerme al tema y aprender (bueno, aprender, aprender...) a tocar la guitarra. De 6 fines de semana seguidos subiendo a la terreta. De visitas de astrónomos al pueblo, de visitas del pueblo a los astrónomos, del tío Javier, de la cosineta Maria, que fue anunciada en este mismo blog, de mi despacho nuevo o de mil cosas más. Pero no lo voy a hacer.

No lo voy a hacer porque las letras que voy juntando aquí no surgieron para aburrir a nadie con mi cotidianeidad andaluza, sino para hacer lo propio con un viaje ciertamente peculiar. El que empieza ahora, a priori, no lo es tanto. Cambiamos Taipei por Amherst, la Academia Sinica por la University of Massachussets, Satoki Matsushita por Min Yun, un calor asfixiante por los previsible below zero que me esperan en Nueva Inglaterra. En resumen, y como bien he reflejado en el lateral del blog, hemos cambiado a la Rosa Maria Molló por la Rosa Calaf. Curiosamente, con una colonia de investigadores del terreno a apenas 100 kilómetros y un primo en Nueva Jersey, me da la sensación de estar lanzándome más al vacío, por aquello de que no conozco a nadie en el centro donde voy a estar. Por eso y porque todavía no tengo el tema del alojamiento resuelto (ay, mi loft en Taipei!)

Sin más. Con ganas de empezar de nuevo, con ilusión, un puntito de miedo, por qué negarlo, y tres meses por delante para rubricar o desmentir todo lo que haya llegado saber del Imperio, allá vamos sin red. Y como siempre acabo haciendo esto con prisas, y no tengo tiempo para decidir, ahí van un par de perlas que vienen como anillo al dedo. Ya habrá tiempo de poner cosas decentes, ahora estoy con ganas de traca.





Gracias por veniiiiiiir!!

2 comentarios:

LaRana dijo...

McPaeeella, oé!
McPaeeella, oé!
McPaeeella, oé!
McPaella, e oé!

Sentet dijo...

Hòsti, la de la McPaella és bona.

Potser ho implemente...