I took a trip down to L'America

sábado, 11 de octubre de 2008

Un mes

Pues sí, nada más y nada menos. Siendo rigurosos, el mes se cumplió ayer, pero tampoco me pilló con ganas. Así que, para celebrarlo, he cogido el ordenador y me he venido al Amherst Coffee a marcarme un post con una birra al lado. Apunto antes que nada que ésto tiene trampa: el wireless es de pago, así que estoy escribiendo en el editor de texto para copiar y pegar en la web cuando llegue a casa.

Como tengo una tendencia enfermiza a la autojustificación, vaya por delante que la insoportable pose que supone llevarme el portátil a un bar y ponerme a escribir tiene explicación. Una explicación que va más allá de que me inspire el aroma a café y whiskey, o de intentar sentirme como un contertulio del Café Gijón o de Els Quatre Gats. Simplemente, me asustaba la imagen de verme solo, acodado en la barra mirándome los nudillos o los dedos entrelazados alrededor de la pinta. Recuerda demasiado a los borrachos profesionales, y me ha dado un pelín de miedo.

Pero bien, al tema. Un mes. Se ha pasado volando, eso lo primero. Obviamente, ha ayudado bastante el hecho de haber pasado dos semanas en Cambridge, pero aun así se ha hecho breve. Y ha dado juego, todo el que puede dar la observación de conductas y maneras que, al fin y al cabo, son de otra cultura.

Un ejemplo llamativo: la gente te saluda. Y no me refiero a la gente del departamento. Vas por la calle, te quedas mirando a alguien, aunque sea sin querer, aunque sea porque las miradas se han cruzado, y te saluda. Que tiene coña. Te han vendido tantas veces que aquí prima el individualismo por encima de todo que esperas encontrarte algo parecido a lo que sentimos los del ámbito rural (ese retruécano horrendo que se usa para decir "los del pueblo") cuando nos mudamos a la capital, pero en versión corregida y aumentada. Pues no, todo lo contrario.

Y cortado por un patrón parecido, situaciones extrañísimas. Más allá del camarero que te da dos minutos de palique sobre el sitio de donde vienes cuando entiende que eres extranjero. Hace apenas tres días fui a pagar para entrar a cenar con un billete de 50. La cajera que pone mala cara. Una voz detrás de mí que musita algo ininteligible y alarga una tarjeta. La cajera la pasa dos veces. Me acaban de invitar. "What?" "How?". Que sí, que sí, que te ha invitado la chica, eres su invitado. Y con la supina cara de gilipollas que se me queda no se me ocurre otra cosa que preguntarle a la muchacha "Why?". Y claro, entonces, en tu oxidado concepto europeo de la galantería, entiendes que por lo menos tendrás que sentarte con la señorita a cenar y parlotear un poco. Pues no. Se adelantó, cogió su bandeja y se perdió entre el tumulto. Si me siento en el borde de una cama y me hacen una foto, Lost in Traslation.

Esa misma extroversión tiene puntos buenos de tanto en tanto. Hace apenas dos noches encontré a la entrada de la residencia a un par de músicos que ya había oído desde mi habitación. Un rubiete con una guitarra y un chinaco con una armónica. Me paro, respetuoso, a cinco metros para escucharlos. Paran, me miran y se presentan. Y en cuanto se enteran de que en alguna reencarnación pasada he sido músico, el chinaco se va a su habitación y vuelve con un djembé. Que dices "joder, a estas alturas otra vez aporreando djembés, a mí ya se me ha pasado la edad de hacer esto". Pero oye, no había otra cosa, así que a la de tres entramos, en Sol. Y no habíamos acabado el primer blues cuando se para una negrita al lado. Repetición de la jugada: parón, presentación y preguntas. "No, yo no toco, I'm a singer" "So come and sing with us". Y allá que la chavala se arranca por Rythm'n'Blues y nosotros detrás. Al final, cuando cogió el tranquillo, hacía como pasitos adelante y atrás cuando cantaba. Por supuesto, ya que mi Orquesta ha decidido ponerme los cuernos y buscarse un batería en mi ausencia, voy a traicionarlos en justa reciprocidad y ya hemos quedado para ir a un local donde hacen Jam Sessions. Por cierto, tocan de la hostia. El chino empezó a explicarme que había dado clases con un tío muy bueno: "Ha tocado con gente buena, no sé si te sonarán. Muddy Waters, Eric Clapton..." No, que va. Para nada. A mí me sacas de Britney y Cristina Aguilera y no te sé decir. Ojo al parche...

El guitarra hoy estaba liado, me lo he encontrado cenando y se ha excusado. Así que no habrá viajecito. Pues nada, peli y libro. Atracón al canto en cuanto vuelva del bar. Este año me he tomado más en serio lo de aprovechar el tiempo muerto, y ya llevo tres libros y un folletín. Casi nada digno de reseñar, la verdad, pero he retomado la afición a la lectura, que la tenía algo abandonada. Si a eso le unes que tengo dos tarteras de CD's del videoclub "El Rabino Feliz", te encuentras con que puedes hacer unos combos la mar de graciosos. Hace un par de semanas fue en plan "Yankee Night": Primero, una hamburguesa para cenar con una cerveza local. Después, un rato leyendo "On the Road" (me compré una edición preciosa en Harvard por cuatro perras). Y, para rematarla, Patton. Así, a lo bruto. Cuando acabó, si llego a tener una guitarra, me hubiera arrancado con "Do not forsake, oh my darling", o algo así. 

Qué más puedo contar? Que se me está acabando la provisión de tabaco de casa y hoy he empezado a buscar alternativas gringas. Que el frío se resiste a llegar, así que hoy me he pegado el paseo por la tarde en manga corta. Que aunque no haga fresco, el otoño está empezando a ser espectacular. Que el sol de octubre pegando en árboles con todo el pantone que va del verde al rojo es digno de verse.

Y que se me ha acabado la birra, así que me vuelvo para casa.


Salut!

7 comentarios:

Anónimo dijo...

ie soc PEP
vaja vaja....
jo q he passat el 9/10 a terres veïnes no he pogut més q sentirme culpable per mal fill! ahrredeu com estás de poeta!

bo tornant a este post poc més q dir-te q si ha passat volant y ja tens contactes això està fet

ànim en la música...
i ves amb compte a vore si ara te va millor fora de casa q dins en això de currar més, llegir més, cine, fer música....
tornarás fet un intelectual o què?

juandesant dijo...

tarteras de CD's del videoclub "El Rabino Feliz"

Je, je, don David, se le saluda por cuidar de la salud mental del expatriado ;-)

Por lo demás, veo que lo estás pasando fatal ;-)

Y debe ser que yo miro menos a la gente, o resulto más anodino, porque no me han pasado ni la décima parte de cosas que a ti ;-)

¡Abrazos!

Anónimo dijo...

fistro!
me ha flipado el momento música en directo. he notado una punzadita de envidia. Bien tío, parece que estás disfrutando. sigue así.
sólo te faltó instinto asesino en el área.
btw, ¿sabes que somos tíos? Ya hay una Estrella más en el mundo.

receive a hug

Anónimo dijo...

Eseeee
Tu si que te adaptas bien a los sitios, que si taigüan, que si los iuesei...Todoterreno, si señor.
Bicos!!!

Sentet dijo...

Estrella, se llama?

Joder, el nombre es precioso, pero teniendo los papás y tíos que tiene la criatura tiene cojones la cosa...

Aparte, ya sabes, a mí me pierde el Rijkaardismo: venga toques en el balcón del área, venga marear la perdiz...

Anónimo dijo...

ya sabia que era cuestión de tiempo... besos desde castellnovo.

xinocore dijo...

ya que estas rodeandote de musicos pregúntales alguna tienda de instrumentos que esté bien, y si tiene pagina web mejor. A ver si podemos hacer algun apaño!

un abrazo