I took a trip down to L'America

domingo, 5 de octubre de 2008

Mediterráneo al rescate!

Estaba ya resignado. Al fin y al cabo, no era tan mal plan, el fin de semana pasado lo había solventado bastante bien. En Amherst hay un restaurante italiano, y sirven vino por copas. Las mesas de al lado de la ventana, que es enorme, son pequeñas, así que si llegas solo es fácil que te coloquen ahí. Pides y sacas un libro. Tienen además el detalle de colocarte un platito con aceite de oliva con ajos y guindilla macerados y un poco de perejil con una cestita de pan de focaccia, así que esperas la pasta tan ricamente. Comes con el libro abierto, como un intelectualillo del tres al cuarto, te bebes el chianti y después, antes de ir al despacho a currar un ratillo, paras en una cafetería donde tienen una máquina para hacer espresso. Y además, como está en la ciudad, te pegas un paseíto de veinte minutos a la ida y otro a la vuelta. No es mal plan.

Aparte, aquí es bastante común ver a la gente en los bares con Wi-Fi con el ordenador. Y oye, los post escritos en un pub con una pinta de cerveza deben quedar bastante bien. 

Estaba ya planteándome si lo que había estado bien para un fin de semana podría degenerar en miseria emocional al cabo de dos meses cuando, el jueves por la tarde, tocan a la puerta del despacho. Y yo con tres (3!) ventanas del Messenger abiertas. Manzanita-Tab, pantallazo del Gmail y me giro para encontrarme, presumiblemente a Min.

Y a quién me encuentro? A la post-doc italiana, Sara, hablando a una velocidad de padrenuestro en 7 segundos y contándome que el día ha sido un asco y que necesita salir a tomarse algo. 

Y es que sí, parece que la cosa ha tomado otro color. No hay nada como la comunidad de latinos expatriados para sentirte como en casa. Me hace gracia todavía cuando los más listillos que se quieren ir de Erasmus para aprender un idioma reniegan de Italia. "Italiano? Para qué? Si no sirve para nada" Al final, en todos los congresos, en las escuelas y, si tienes la suerte que yo he tenido, en los sitios a los que vas a trabajar, acabas juntándote con los italianos. Seguramente porque hablan inglés tan mal como nosotros, y así acabamos entendiéndonos. Pero claro, si llegas hablándoles en su idioma, pues la cosa se hace más fácil. Y ese es el caso.

Pues eso, unos vinitos el jueves por la noche y cenita y birras el sábado. Solos? No. Y aunque hubiéramos estado solos lo negaría, para evitar levantar susceptibilidades. El jueves se vinieron dos alemanas que ella había conocido en el autobús. Y el sábado una texana con una camiseta de Obama que habla italiano por los codos y que  nos invitó a una fiesta del departamento de italiano que había hoy domingo. A la barbequiú en cuestión ya me ha dado reparo ir, otro día será. Y tengo excusa: como buen hombre de ciencia todavía me faltan dos o tres iteraciones para acabar una cosilla (el proceeding de la SEA, para quien lo pueda entender) que hay que entregar antes del viernes. Además, cuando estábamos dejando a la gringa, el tema había derivado hacia la cualidad hereditaria (que por cierto los extranjeros encuentran curiosa y divertidísima) de la jefatura del estado español. El problema vino cuando comentamos que el heredero de la corona italiana ahora anda reclamando tropecientos millones de euros al estado italiano (y Berluska, como te descuides, se los pagará) en concepto de indemnización. Y a mí no se me ocurre nada mejor que decir que, puestos a derrocar monarquías "lo mejor es hacerlo a la rusa. Esos sí que sabían. Pasas a todos por la bayoneta y 80 años después nadie reclama nada porque no dejaste ni uno"

Y es que reivindicar a los bolcheviques en suelo yanki era una cosilla que tenía pendiente desde hacía tiempo. Ahora sólo me queda montar en globo y otra cosa. O puede que ni eso.

Lo dicho: creo que, si no amigos, ya tengo a alguien a quien salir de cervecitas le gusta incluso más que a mí y está dispuesta a hacer una labor social con un pobre inadaptado a la vida yanqui. Ah, y es de Roma. E viva!



Se merecen el homenaje

PD: Poco a poco vamos sabiendo. Sudán.

4 comentarios:

xinocore dijo...

Errr
Un roto y un descosío, los dos latinos de corasón...
Solo una pregunta, la italiana es tan desgraciada como tú y también comparte habitación??

Un abrazo vicente!

Anónimo dijo...

Eseee!!!
Me parece muy importante q tengas amigüitos con los que troscarte a gusto... No la cagues ahora, jejsj
Me llegó la cartita, mañana la entrego que la semana pasada estuve primero hasta el ojal de curro y luego resfri, en camita... Qué pena más grande!
Bicos!!!

Anónimo dijo...

senent, que nos hemos puesto locos de contentos, gracias por llamar, jo, que me pongo... hay... se me ha metido algo... en el ojo... hay...

Sentet dijo...

No, no comparte habitación. La ciencia es una sociedad piramidal, y ella es de una casta superior.

Gracias, Martinha!

Anda que...
Desde que estáis preñaos estáis de un sensiblón...