I took a trip down to L'America

viernes, 27 de julio de 2007

El Jueves y su circunstancia

Le he estado dando vueltas al título un rato, ya que en la coyuntura mediático-judicial que se vive por allá podía dar pie a confusiones. No hablo de la publicación. Hablo del jueves en sí, del concepto, como decía Pacitos (1:25). Recordad si no, los que estéis en condiciones de hacerlo, vuestros años en la universidad. Una frase que empezara con "oye, el jueves..." era presagio de algo grande. Te animabas sólo con pensarlo, se te ponía el cuerpo de jota. Porque el sábado se sale sí o sí, el viernes se puede liar algo pero suele ser una noche intrascendente. Pero, ah amigo! el jueves! El jueves era el acabose, el desmadre, el todo vale. Si sales un sábado puedes salir por salir, sin más; total, el domingo no tienes que hacer nada. Pero lo del jueves es premeditado, sabes que vas a perder horas de clase, que vas a faltar a compromisos o peor aún, que vas a acudir medio muerto. Y aun así, sales. Y claro, ya que te pones, te pones. Esa era la mentalidad. Recuerdo esperar a la gente con la que había quedado y ver pasar a las niñas de tres en tres, ligeritas de ropa y más pintadas que una puerta. Y no podía evitar pensar en que sus padres las imaginarían en el piso de estudiantes, haciendo la cena en chándal y pantuflas cuando en realidad a casa iban a volver a las 5 de la mañana con un maromo casi tan borracho como ellas. Tras un jueves aciago me dejaron a mí tirado, por ejemplo, en la esquina de Cardenal Benlloch con Blasco Ibáñez, a las 7 de la mañana, con un frío que te silbaba por la caña de los huesos y la cazadora en el coche de un colega. Pocas veces he sentido tan tibante esa necesidad de gritar y reír a la vez, de romper a carcajadas por lo surreal de la situación. Y es que esas cosas sólo pasaban en jueves.

Por qué todo esto? Porque ayer, que era jueves, se me complicó un pelín el percal. Salimos a cenar para despedir a dos compañeros indios, Manuj y otro cuyo nombre no recuerdo. Y claro, aquí no sales a cenar de tapas, ni de bocata, ni de nada decente. Vas a un sitio con una mesa circular en cuyo centro hay otro círculo que puede girar sobre su eje en el cual dejan comida variada, pero china. Y tú vas cogiendo la escasa cantidad que te permite tu pericia con los palillos y, eso sí, bebiendo cerveza a todo el ritmo que puedes. El freno lo pone el vaso, que tiene un volumen entre el vasito de carajillo y la caña. Y así, entre que la cerveza es fina y pasa como agua y que apenas comes, sales contentillo. Después fuimos a acabr la cosa a un bar donde, a precios pornográficos, sirven cerveza europea, la mayoría mejunjes belgas más dulces que amargos, pero con alta graduación. Te tomas un par y notas que llegas a casa a medianoche mareadillo.

Sin embargo, nada hacía presagiar la que se me venía encima hoy por la mañana. Tenía resaca. Sí, sí, resaca, y además de la chunga de cerveza, esa empalagosa que te entumece el cuerpo y te rellena con hormigón las arrugas del cerebro. Me he sentido realmente mal durante todo el día, en parte por la resaca en sí y en parte por el horror de verme tan decrépito. En qué te has convertido Martínez? Vale que nunca has sido fijo de los churros post-fiesta, pero esto pasa de castaño oscuro. Tú, que te crecías y querías ir a la facultad de empalmada hasta que veías que no podías coger la moto de lo borracho que ibas, tú chapoteas ahora en el malestar más absoluto después de ir de cervezas. De cervezas, por amor de dios, que cuando son fiestas del pueblo te bebes un litro en ayunas. Y en esas estoy, acabando el viernes lo mejor que puedo, mentre passe penant un rio de mort lo dia, que decía el poeta. Y no puedo dejar de buscarme excusas: que si el calor, que si la humedad, que si bebo una cerveza cada dos semanas y estoy bajo de forma, que si pam, que si pem...

Y por si fuera poca mi desgracia, esta mañana desayunando he encendido la tele. Cansado de que los canales de deportes emitan beisbol, billar o baloncesto femenino, he hecho un poco de zapping. Y qué me encuentro?


Efectivamente, Takeshi y sus chicos. Tragedia, insomma, no hay que ponerle paños calientes. Hay días en los que sería mejor no levantarse de la cama.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vicent i su resaca asiatica.Ahora que vas en plan famoso contando tus miserias por internet.
Ya eres todo un divo,y yo uno de tus fans.
B7s(los del ultim e-mail)

Anónimo dijo...

Eiiiiiiiii!!!
Joder lo q actualizast el blog dsd q yo me vine d vakcions (O vivir en Vigo q bonito é...). M akbo d pegar un atracón. Q dcirt? No vi el puto jueves d la discordia, siento lo d los datos y a ir practicando lo d beber, q vas a llegar a graná sin fondo ninguno.
Ah! Y q a mi en santiago m solían gustar más los miércoles, los jueves taba to petao.
Bicos 1000!!!!!!!!!