I took a trip down to L'America

viernes, 14 de septiembre de 2007

Ja està? Doncs ale, marxa

Ya está. Sábado por la mañana. Las maletas casi hechas y el miedo al sobrepeso en el cuerpo. Al sobrepeso y a convertir esto en un post típico lleno de tópicos. Dije al principio de los días que no estaba claro si tres meses eran realmente poco tiempo. Sigo sin saberlo. Estoy intentando articular un discurso para soltarlo mecánicamente cuando la gente me pregunte qué tal me ha ido y, la verdad, no sé ni siquiera qué decir. Por una parte me apetece volver, eso es verdad. Pero no es porque esté mal, más bien porque la cabra tira para el monte. O porque tengo ganas de juerga. O dios sabe por qué. Después me preguntarán por la comida, y más de lo mismo. No estoy cansado de la comida de aquí, pero me apetece comer de casa, volver a perpetrar (que no guisar) arroces amarillos y no blancos y cosas así.


Las sensaciones y vivencias que me llevo... pues tampoco las tengo claras, habrá que esperar hasta que el tiempo me dé la perspectiva necesaria para analizarlas con lucidez. Es una incógnita saber si voy a volver más hedonista o más sensible, más despreocupado o más comprometido, más cercano o más distante. Puede que un poco de cada. Eso sí, el estado debería financiar temporadas bien lejos para todos los ciudadanos: al volver te pasas una temporada viviendo el día y disfrutando de la cotidianeidad de lo más reconfortante. Ya me ha pasado más de una vez, y creo que ésta no va a ser una excepción.

Vuelvo con alguien menos en la familia y alguien más que está por venir. Ese es el hito, el mojón de término que quedará señalando Taipei en mi camino vital, seguramente. La vida, que gira sin preocuparse de dónde te pilla, es lo bueno que tiene.

Paso de escribir nada más, esto es un pestiño. Gracias, muchas, a tod@s i tots i totes los que habéis pasado por aquí. A los anónimos, a los que algún día dijeron algo y a los fieles de todos los días al pie del comentario. 3500 visitas, dice el contador. Buenas son, como buenas hubieran sido 35. A menos que algún picoleto de Barajas quiera hacerse una foto conmigo, que colgaría rápidamente, clausuro temporalmente el chiringuito. Temporalmente porque dicen que antes de acabar un viaje hay que estar ya pensando en el siguiente. Hay quien ya está maquinando por mí, y me huelo que dentro de un año puedo estar quitándole el polvo al paellero, dándole un manita de pintura e invitando a una copa de aguardiente y torta de tomate para celebrar la solemne inauguración de La Paella 2.0 (no será Xina, eso seguro)

Hasta entonces, gracias de nuevo por la compañía.

Fue un placer.

Au, adéu! Comence el meu comiat
a tot el temps passat.
Bon vent i barca nova!

Au, adéu! Comence el meu comiat
a tot el temps passat.
Bon vent i barca nova!

Sé, però, que no s'estrena un prat
seguint sent rellogats
a dins una gran cova.
Mil espills em trenquen en la nit
colpegen el meu pit
i m'omplen d'ais la boca.
I un badall ofega el meu crit
i deixa l'ull humit
i el nas demana: Moca't!.

Au, adéu! Comence el meu comiat
a tot el temps passat.
Bon vent i barca nova!

Nova sang arriba al meu cervell
i em sent tibar la pell,
i em torna a la memòria
temps de caça, de peixos i d'ocells,
de joves i de vells...
Però ara es altra història?...
Tot i així un qualsevol fracàs
em posa en el percaç
dels records sense glòria.

Au, adéu! Comence el meu comiat
a tot el temps passat.
Bon vent i barca nova!

No és clar, per tant també és obscur.
Tinc a davant un mur.
El riure se'm capgira.
L'atzucac em fa fer un atur.
Present, passat, futur...
i un mateix temps de mira.
Veig el blat més tendre que madur,
veig qui mana segur.
El món no avança: gira.

Au, adéu! Comence el meu comiat
a tot el temps passat.
Bon vent i barca nova!

Un forat em torna a donar llum,
un cigar em don fum
i una ampolla, empenta.
Cec d'engany em guie pel bastó
malfie del color
i de lletra d'impremta.
Done fe d'aquestes sensacions,
li llence al foc carbó
i retorne als meus trenta.

Au, adéu! Comence el comiat
i sóc nou arribat.
No me'n vaig; sóc qui torna.

No os quejéis, cervantinos.

martes, 11 de septiembre de 2007

Acumulación

Seguramente este post es el último que redacto con cierta normalidad. 4 días, 4, son los que me quedan en Taipei y, si saco un rato para escribir algo más, supongo que será para intentar hacer balance, echar una mirada atrás o algo parecido. A menos que tengamos un terremoto (todavía) más gordo que el de la semana pasada, que, esta vez sí, fue para asustarse. Cuando mi madre me llamó para preguntarme por él, ya que mi hermano lo había visto en la tele, confirmé que la cosa no había sido una broma.

Así, por querer liquidar casi todo lo pendiente, tengo acumulación de historias en el buffer del tintero. Si no hubiera sido tan vago este finde y en vez de freakadas para físicos hubiera descargado más material no me vería en este brete. Aquí las cosas son al revés que en el mundo real: días de nada, vísperas de mucho.

Hubiera estado gracioso, por ejemplo, colgar alguna foto de la cena del viernes. Mi supervisor se ha pirado de congreso a Munich. Sí, sí, congreso en Munich a mediados de septiembre, y me ha jurado que no iba a éste. Por lo menos ha tenido la decencia de reirse cuando le dije que iba a hacer muchos contactos. Como tocaba despedirse, nos fuimos de cena a un japonés de campanillas, y la cosa estuvo la mar de graciosa. Para colmo a la salida quisimos meternos mano a mano en una disco y no me dejaron entrar por ir con sandalias. Tomad nota, muchachos, la estulticia reina en todos los rincones del orbe. Como nos picaba el morro, acabamos de cervecitas en el bar de siempre donde por lo menos tuvieron el detalle de pinchar este disco, así que me sentía como en casa. Tanto como para intentar explicarle al jefe lo que es un toro embolao. Otra foto que podría colgar, la del croquis que le hice. Valoración a vuela pluma: parece que ha quedado contento con mi trabajo, o eso insinuó mientras bajaba piripi del taxi.

También podría colocar alguna del día siguiente, cuando subimos al 101, el edificio más alto del mundo. El ascensor tarda 37 segundos en subir 90 plantas, un poquito menos que el del IAA en llevarte del sótano al primero. Y las vistas impresionan, para qué negarlo.

Me voy decidiendo, ahí va mi nombre chino:

Un par de compañeras del trabajo se estuvieron devanando los sesos un par de días hasta que encontraron algo que pudiera hacer el papel. Y ahí está, Ma-Win-Sen, la primera sílaba del apellido y el nombre de pila. Explicación de la falla:

-Empezando de derecha a izquierda, el símbolo grande que ocupa la mitad es "Ma"
-A la izquierda, mitad superior, "win"
-Abajo izquierda "sen". La única que sé lo que significa, "bosque"

Como es costumbre por aquí tener uno, me han hecho un cuño con el dibujito en cuestión. Vas a ver que risa cuando firme con él la ampliación de la beca...

Ya que se me acaban los días, también me he propuesto hacer algunas fotos para tener fondo de archivo. Tampoco me he pasado, no creáis: el mercado de al lado de casa, el torero pintado en la pared de una "Steak House" que me encuentro de cara cuando salgo a la calle y cosillas así. Me falta, hay que decirlo alto y claro, la foto de una familia taiwanesa (madre, padre y dos churumbeles) en un scooter. Creo que me voy a arrepentir de no haberla hecha en su debido momento.

Y está claro que, después de tanto divagar, tengo que cerrar con alguna instantánea épica. Aquí os pongo a la señorita que me encontré cruzando el paso de cebra que hay junto a la universidad (de donde había salido previamente) cuando fui a cenar el domingo por la tarde. Cuando la vi no pude por menos que recordar una copla que cantaban mis abuelos (cántese con la tonadilla de "ya se cayó el arbolito")



Xiquetes del mas del Xurro, asomeu-se a la finestra
xiquetes del mas del Xurro, asomeu-se a la finestra
asomeu-se a la finestra, asomeu-se a la finestra
asomeu-se a la finestra, que la truja us fot les faves

Addendum: "Ma" significa caballo. "Win", tatuaje. El caballo tatuado del bosque. Hay que joderse, parezco un apache

domingo, 9 de septiembre de 2007

6 dies encara?

 \Delta t = \gamma \ \Delta t_0 = \frac{\Delta t_0}{\sqrt{1-v^2/c^2}} \,
Ríete de la Enterprise, yo sí que voy a hipervelocidad. Porque, si no, ésto no se entiende.

martes, 4 de septiembre de 2007

Otro día será

Hoy era el día en el que iba a escribir el post definitivo, tanto a nivel de significante como de significado, que diría Saussure. Iba a desvelar las más obscenas perversiones a las que me he entregado en brazos de preciosas asiáticas de edad poco legal. Iba a relatar las más intrépidas experiencias que un europeo ha podido vivir en estas tierras desde que cascó San Ignacio de Loyola. Lo iba a hacer, además, marcando un antes y un después en la literatura, creando un nuevo estilo en lo que a redacción de una bitácora se refiere, marcando un punto de inflexión en la historia de las letras como tan sólo el Quijote, Ulysses o el Tirant lo habían hecho antes. Se iba a hablar de este post per saecula saeculorum y vosotros, queridos, íbais a ser testigos de excepción de un hecho tan singular.

Pero como mañana tengo una presentación he salido de la oficina a las once tocadas, con lo cual no tengo el cuerpo de jota. Así que, por lo menos, os coloco una gráfica de las que salen en mi pogüerpoint:
Y como veo que ésto se ha quedado muy corto, pues os pongo un vidrio:


Ale, a fer bondat

domingo, 2 de septiembre de 2007

Dar cera...

Ayer me escapé un poco de Taipei. No, no me perdí en las junglas del sur de la isla ni subí a los más altos picos que jalonan la cordillera central. Pero cogí el metro y me fui hasta la última estación. Los fines de línea suenan más literarios de lo que en realidad son, exceptuando el lugar donde los autobuses de línea de Liverpool daban la vuelta en los 60, la calle del penique creo que se llamaba. En el caso del metro de Taipei, el final de la línea roja se traduce a caracteres occidentales como Danshui, y resulta ser el mar.

En Valencia, la cabecera de una línea también acaba en el mar, en la playa de la Malva-Rosa. Con el chiringuito de los barcos creo que han inaugurado otra línea que va a parar al puerto. Me da igual, yo a la playa iba primero en bici y después en Vespa. Preferiblemente en exámenes de junio, después de cenar. Salía al Parterre, cruzaba el río y enfilaba la avenida del puerto desde el Palau. Y cuando llevaba ya como media avenida, inspiraba fuerte y me daba la sensación de haber abandonado la capital. Olor de mar, demasiada gente lo ha descrito ya como para que venga yo dándomelas de poeta marino. Era salir de la ciudad y dejar en ella todo, exámenes incluídos. Te dabas un chapuzón, hacías el ninot un rato y podías estar seguro de que no iban a pasar cinco minutos una vez arrancaras la moto antes de que algún valencianet se cebara con el cláxon o se olvidara de que a una moto hay que guardarle cierta distancia de seguridad, con lo cual volvías a las coordenadas espacio-temporales reales (València city, exámenes de junio) a base de hostias.

Por qué todo esto? Porque cuando llegué no notaba el mar por ningún lado. Sí, lo tenía delante, pero entre que no había playa, que el agua está sucia de pelotas y que no olía a mar (no, no olía), pues era un poco como seguir en Taipei. Estábamos en la desembocadura del río que cruza la capital (que, por cierto, no sé cómo se llama) y mirando en dirección opuesta a la desembocadura se veía una parte de la ciudad con un filtro gris. Taipei no es bonita ni vista desde el mar, manda huevos. Así que, dado que no nos podíamos extasiar con el paisaje, fuimos a ver el night market que había en una calle


Un coleccionista de tópicos se hubiera hecho de oro. Una calle estrecha de por sí en la que en todos los bajos hay negocios. Por si fuera poco, en doble fila, hay una línea prácticamente contínua de puestecitos móviles de comida. Y el western taste se queda en el McDonalds de la esquina. Podría llenar varios posts sólo con el reportaje que intenté hacer sobre estas paraetas donde lo mismo te hacen un calamar (enterito) a la plancha que te sirven un cucurucho de caracoles, pero de los blancos con forma de huso. La sensación del lugar parece ser que son unos huevos de tamaño parecido a los de codorniz (pero que igual son de iguana, vete tú a saber) hechos vuelta y vuelta. Tengo que hacer un álbum en Picasa sólo para colgarlas, a ver si os paso la dirección. La calle, por supuesto, tomada por urbanitas que tienen que hacer algo en sábado y con los olores típicos de un mercado taiwanés en versión corregida y aumentada. Algo grande, oyes...

Por esas cosas que pasan, la gente con la que iba (ayer tocaba japonesa, vietnamita, hindú y francés) tenían en mente ir a la playa. Algo sí que me pude reir de ellos hasta que finalmente, autobús y muchas explicaciones en chinenglish mediantes, llegamos a una playa de verdad, con agiua limpia, arena y bañistas. Y una temperatura del agua obscenamente cálida, para que luego vengan los cantábricos a decirnos que el Mediterráneo es una bañera llena de orín. El menda, que no iba avisado, no llevaba bañador, así que después de mojarme los pies -con los pantalones arromangados, abuelo vigilando a los nietos style- me senté en la orilla y me encendí un piti intentando descubrir en el horizonte la costa continental, ésa desde la que nos apuntan 2.000 misiles del Ejército del Pueblo. Fue entonces cuando reparé en que llevaba encima desde hacía un rato la bolsa de la compra. En la calle de los horrores que he pintado antes había encontrado una tienda de ropa tradicional. Que no tuviera un neón en la puerta y que las notas del interior fueran cálidos y no un reflejo de fluorescente en paredes alicatadas me dio buenas vibraciones. Al entrar lo confirmé, había ropa de lino, algodón y seda y además de bonita parecía buena. La dueña insistió en que lo hacían ellos, y es posible que así sea: los precios iban en consonancia, y la calle estaba llena de tiendas de ropa de las que cuando yo estoy en casa llamo de los chinos, por lo que supuse que sería verdad, ya que si algo tienen los taiwaneses entre ceja y ceja son los principios básicos del capitalismo, y no van a pagar el triple por una prenda sólo porque la tienda es más apañá. Entré con la idea de comprarme una camisa, pero la señora me engatusó para que me probara uno de esos pantalones que parecen saragüells de los que usaban mis ancestros para segar el arroz en l'Albufera. Una vez me los puse, sentí que me los tenía que traer de vuelta para casa, hacía tiempo que no me ponía nada tan cómodo.

Total: una playa china, una bolsa con ropa china, un atardecer chino... Hay momentos en la vida de un hombre que no hay que dejar pasar a menos que quieras arrepentirte de ello toda la vida. No cometí ese error:



Be water, my friend...

PD: Collons, ja és setembre!

jueves, 30 de agosto de 2007

OT: Canyizares, reina del desierto

Off-topicazo del 15 via Nacho. Encuentra las diferencias:



Y Reina, y reina, y reina, reina, reina!!
Y guapa, y guapa, y guapa, guapa y guapa!!

A lo mejor no viene a cuento, pero es que esta semana esta siendo aburrida, y encontrarse esta perla un viernes es lo mejor que te puede pasar de cara al fin de semana. Espero que a vosotr@s os haga sonreir un ratito como a mi. Estrujad el finde ya que podeis. Y aprovechad, que os quedan solo dos antes de que vuelva...

Starting countdown: 16 days to go


domingo, 26 de agosto de 2007

Petardeo

A estas horas liquido un finde más. Al menos puedo decir que ayer hice algo que se salió de la rutina muchointernet-curraralgo-pizzaeldomingo-ver de reojo al payasete de Oviedo quemando gasofa. Tuvimos cena en casa de Hiro, un japonés. Podría alargarme en que parecíamos un contingente de la ONU pero a estas alturas ya le falta la chispa. Toda la que tuvo, sin embargo, ver al anfitrión sacar un ukelele y ponerse a tocar. Sí. Habéis leído bien. Un japo tocando el ukelele. Ha sido la experiencia musical más intensa que recuerdo desde que Mick Jagger me miró en Montjuïc'98. Como nota al margen cabe decir que en Japón hay editados libros de partituras de los Gipsy Kings con las letras traducidas. No es una leyenda urbana, tuve uno en mis manos.

De todos modos, esto no es el Mondo Brutto, así que vale ya de ensañarse. Reirse de estas situaciones, bizarras a ojos occidentales, no es sino una muestra más de nuestra pequeñez mental y etnocentrismo galopante.

[Joder, pero es que era un ukelele...]

Lo dicho, que consumo horas sin otro fin que esperar a que me venga el sueño, que hoy me he ganado: por fin he desbloqueado una cosilla del curro que me venía pesando en la moral como una losa. El típico asunto pendiente que arrastras meses y que se te viene a la cabeza en la ducha, o tomando un café a media tarde, o en cualquier momento en el que no quieres más que quitarte la idea de la cabeza. Fatto! Si no sonríes por tonterías como esa te pierdes media vida. Y en esas estaba, de buen rollo oyendo música tirado en la cama, intentando escuchar algo del material todavía por oir que me traje en el disco duro; que hay, y mucho. Es lo que tiene la era del MP3, lo hace todo demasiado fácil.

Cuando me he cansado, he vuelto a los Doors. Los tenía abandonados. Enmedio de una canción, sin embargo, la neurona petarda me ha vuelto a hacer de las suyas. Ya conté en un pastelón penoso que publiqué hace casi un mes que suelo asociar las sensaciones de manera muy vívida a la música que las ha acompañado en un momento dado. El instituto son los Beatles, Albert Pla (de aquellos polvos...) o el Agila (quien no se supo las letras de memoria no ha tenido adolescencia). La facultad hay que desguazarla casi año por año, es lo bueno que tiene. Trento es Vinicius o los Who. Esther es Marlango, Arantxa es Josele Santiago, Jenn es el Just like Heaven, and so on. De aquí, a falta de experiencias realmente intensas, es posible que no me lleve ninguna canción en el subconsciente. Pero aquí, como allá, tengo sensaciones ligadas a una, dos, tres melodías. Hay una imagen especialmente agradable en la que me veo a poco de salir el sol, en verano, con todos los botones de la camisa abiertos, algunas gafas de sol que habría robado y bailando lo malamente que me permitiría el estado en el que llegaba a esos aquelarres de sensaciones. La banda sonora varía. Hay días en las que me recuerdo deletreando La Flaca. Otras, intentando no perderme cantando Pedro Navaja. Y las mejores, por lo maravilloso que tiene la decadencia, y por no seguir otro dictado que la carne, son en las que me veo al borde de la playa, descalzo a la salida de un antro chiringuitero del que no recuerdo ni el nombre, cantándole a una morena Devórame Otra Vez.

Ni que decir tiene que lo único que me devoró ese día fue la resaca, pero esos chispazos en la memoria te hacen querer seguir viviendo, aunque sólo sea por buscar reencontrar esas sensaciones como un loco.

Por qué hoy? Si creyera en la transmisión de pensamientos a distancia, porque hace unas doce horas en mi pueblo se despertó el bien y el mal, la zorra pobre volvió al portal, la zorra rica al rosal y el avaro a las divisas, como decía el poeta. Pero como no creo, simplemente me reivindico y sigo gritando que no tengo por qué pedir permiso para ser petardo cuando me da la real gana.

Y he mojado mis sábanas blancas, recordándote...
PD: Lamento si me ha quedado muy Hornby

viernes, 24 de agosto de 2007

Semos peligrosos

Me hubiera gustado contar esta batallita nada más volver, con el viaje golpeándome en las costillas, con esa extraña sensación de no saber ni qué hora ni qué día es. Sensación que se acentúa, además, en un viaje como el que hice hace dos días, ya que cruzas la línea de separación diaria. Es decir, en un momento pasa de ser martes a las 11:00 a ser miércoles a las 11:01, hop, hop! Y claro, eso desorienta a cualquiera, y al final no pudo ser. Como ayer tenía obligaciones más importantes, como irme de cervecitas, la cosa ha tenido que esperar hasta hoy.
Viene todo esto a cuento de las peripecias que tuve que pasar por los aeropuertos de "la casa de los libres y la tierra de los valientes", o al revés, o algo así. Antes de coger el primer vuelo, de Hilo a Honolulu, para cambiar de isla, tuve problemas con el billete. La secretaria del instituto me lo había cambiado para que cogiera el primer avión del día y no el segundo estando yo ya en Hawaii (por cierto, qué escándalo: escribes un correo a la que se encarga de los viajes diciendo "oye, quiero cambiar el vuelo de las 7:30 a las 6:30" y a la hora te contesta diciendo que todo en orden. Y lo pagan ellos, no tienes que adelantar el dinero. Esto es otro mundo...) Supongo que esa sería la razón por la que no encontraban mi billete electrónico por ningún resquicio del microprocesador. Al final, cuando ya no me llegaba la camisa al cuerpo (faltaba menos de media hora para que el avión despegara) dieron con él. Pero parece ser que la pesada losa de la sospecha ya había caído sobre mí. Nada más pasar el detector de metales, un policía me llevó aparte. Yo era uno de los elegidos "al azar" (ja!) para un control más exhaustivo. Cacheo, repasito con un detector supongo que más sensible y algo que supuse que sería una especie de análisis químico de mi mochila. El tío abría cremallera por cremallera, metía un papelito, lo restregaba por dentro y después introducía ese papelito en una máquina que, a los pocos segundos, sacaba en pantalla un gráfico. Por un momento me asusté, pero recordé que el verano pasado había cambiado la mochila que llevé durante casi toda la carrera por una nueva. De haber llevado la vieja hubiera aparecido de casi todo. Pólvora incluída, que aquella mochila se había pateado unas cuantas Fallas, con el cachondeo que hubiera acarreado.

Posiblemente todo esto no tendría que sorprenderme. Tendría que ir sobre aviso, pero es que la entrada en Hawaii, una semana antes, fue de lo más graciosa. Estaba enseñándole el pasaporte a un policía muy malcarado

-Are you from Spain?
-Mute on No, from the Valencian County. Estooooo Mute off Yes, I am
-From wich part of Spain?
-Mute on Ai, ai, ai, ja la tenim! A qué viene eso? Y a éste qué le importa? Mute off From Valencia, but now I'm working in Granada.
-Ah, great! My grandfather was from Sevilla.

Joder, éso era. Entonces me dí cuenta de que, efectivamente, el tío tenía una cara de jornalero de la aceituna que parecía recién salido de un cuadro de Julio Romero de Torres. Así que la cosa se tornó en una conversación de lo más agradble sobre cómo estaba de cara la vida por España, que si el año que viene quiero ir con mi mujer, que si podré dormir barato, que dónde me recomiendas ir... Tan buen rollo que no tuve que posar para la webcam ni dejar las huellas. Es posible que los ciudadanos de la UE estemos exentos de ese trámite, pero yo prefiero pensar que la llamada del aceite de oliva que a los dos nos corría por las venas le hizo olvidar el trámite.


Claro, tanto buen rollo a la ida sólo podía significar complicaciones a la vuelta. Me estaba sentando en el avión, todavía recuperándome del sofoco de que si llego, si no llego y me llaman por la megafonía del aparato. Llego a la puerta ["Ai, mare, que no han encontrado el billete, que me quedo en tierra"] y la misma tía del check-in me dice algo que yo entendí como que "your luggage is lost" "Comorr? Digo How?!" Me lo repitió y cuando oí "combination" lo descifré: mi maleta no estaba lost sino lock. Que le diera la combinación, vamos. El escribiente no sabía que las maletas en territorio de los iu-es-ei no pueden estar locked. Dejando ortodoxias a un lado, es de agradecer que la aerolínea tuviera la deferencia de preguntarme la combinación, puesto que, al llegar a casa y abrir la maleta, me encontré esto que se ve a la izquierda. Que si está cerrada, te reventamos el pestillo, rollito ley Corcuera, vamos.

No le demos más vueltas. Bien está lo que bien acaba y yo y mi maleta estamos sanos y salvos en Taiwán. "En casa", hay que joderse. Por cierto, he creído que ya era hora de cambiar el fondo de las fotos, que solía ser mi sábana con estampado megafashion de vaca, así que lo que véis detrás de la Transportation Security Administration Notice es la camisa que me compré en Hawaii. Acepto valoraciones estéticas...

PhD Milk

Newton, Maxwell, Einstein, Feynmann...now you can also have their secret

El desayuno de los mejores doctorandos

miércoles, 22 de agosto de 2007

Jet-lag

A ver si mañana se me ha pasao...

martes, 21 de agosto de 2007

Hawaii, impresiones (y VI) Plegant veles

Bueno, pues ya está, esto se acaba. Hemos bajado de las montañas y la última noche la vamos a pasar al nivel del mar, en Hilo, en un condo. Como no sois taaaaaan cosmopolitas como yo, seguro que hay alguien que no sabe lo que es eso. Pues no es ni más ni menos que una casita, sin más, pero creo que con algún tipo de contrato con el resto del vecindario. Eso sí, me toca compartir habitación con mi compañero, el vietnamita simpático. No hay cosa que me haga más ilusión, vamos. Por lo menos será breve, a las seis y media de la mañana cogemos el avión para Honolulu. Levantarme a la hora a la que me vengo acostando últimamente, ya veremos con qué cuerpo cojo la cama esta noche si ayer me quise acostar a las cuatro y no cogí el sueño hasta que ya era de día. Pero de día, de día...

El balance de la visita? Pues bueno. Bueno y punto, tampoco extraordinario. Es decir, tenía muchas ganas de venir, conocer el instrumento y estar en la meca observacional que es el Mauna Kea, pero está claro que podría haber sido mucho más provechoso con otra compañía que tuviera una mínima noción de lo que es la vida en sociedad. No me quejo, anyway, insisto en que el balance sigue siendo positivo. Él único pero es que, como el viaje lo han pagado los honrados ciudadanos taiwaneses, me dió reparo pedir que me emitieran el billete de vuelta un par de días después para visitar un poco la isla. Cuando las jefas granaínas me mandaron de congreso a Grenoble me quedé allí el fin de semana y pude conocer un poco más a fondo la ciudad, pero ya sabía a priori que eso no era un problema (aparte, el billete de vuelta era bastante más barato en lunes que en sábado o domingo) Como no controlo, ni voy a llegar a controlar, el protocolo chinaco para estos casos, lo dejé correr. Esperemos que, con un poco de suerte, los tests de fast-switching, que es la técnica en la que se supone que estoy trabajando, se lleven a cabo en breve y los jefes quieran que me vuelva para acá desde Graná. Esa será la ocasión para recorrerme un poco Hawaii, the Big Island.

A estas alturas supongo que ya habrá quedado claro que todos los collares de flores que he visto han sido éstos:



Indicador de la comuna de caballeros del aeropuerto de Honolulu

Que tampoco deja de ser curioso. Pues eso, ni surferos, ni aborígenes bailando. Camisa hortera sí que he visto alguna, empezando por la de las azafatas del vuelo Honolulu-Hilo (es lo que tiene EE.UU., es jodido procesar por atentado estético a un mandamás de aerolínea), pero tampoco os creáis que muchas más, el tiempo allá arriba no acompañaba. Si bien en el campo base de Hale-Pohaku podías ir con una sudadera tranquilamente, en la cima hemos estado alrededor de cero grados, ni frío ni calor, pero que con el viento se tornaban en temperaturas negativas, y eso sí que es frío. Te destemplabas y se te quitaban las ganas de ir en mangas de camisa para dos días. No obstante, no me iba a ir de aquí sin un souvenir, así que he hecho que, en la ruta para conseguir algo de cenar, paráramos en un centro comercial, perdón, un mall, y me he agenciado una camisa roja con flores blancas de lo más lucidor. Ya os la enseñaré, ya.

Y poco más, ya os habréis percatado de que la rutina ha sido la nota dominante en ese paisaje lunar en el que me he movido la última semana. Nada extraño, por otra parte, cuando vas a observar a un telescopio, dicho sea de paso. Aún así ha habido momentos increíbles. La noche del viernes al sábado cuando volvíamos de observar, todavía de noche, la operadora paró el coche apenas salir. A ver qué pasa, te preguntas. Y en eso te señala lo que podría ser el horizonte y ves como una franja roja extendiéndose sobre una porción de cielo negro, negro (hemos tenido semana sin luna). Erupciones volcánicas, no llegué a entender si en nuestra isla o en otra. Belcebú hubiera entrado en éxtasis al verlo, parecía la puerta de servicio del averno.

Sin embargo, personalmente, me quedo con otra instantánea. El domingo, al salir del telescopio, el día no se intuía, sino que te atizaba. Un amanecer brutal a 4000 metros, algo grande. Empezamos a bajar y, tras dos curvas, Erin (la operadora antes mencionada, una rubia con rastas hasta el culo) frena en seco y señala a la derecha. Lo que se veía era ésto



El pico más oscuro que se ve en segundo plano es Mauna Loa, el segundo volcán más alto de la isla. Y el espectro que se ve sobre él es la sombra que el Mauna Kea proyecta sobre el cielo al amanecer. La foto no es más que una guía para que intentéis haceros una idea aproximada de la estampa. La sensación que transmite en vivo es dificilmente descriptible, pero si hay una cosa clara es que te empequeñece.

Sin más. Salvo sorpresa o catástrofe, la próxima crónica será desde el sudeste asiático nuevamente. Taipei, here we go again!




domingo, 19 de agosto de 2007

Viva!

Hoy, primer domingo tras el 15 de agosto, en la señalada festividad del santo patrón de la Villa de Castellnovo, a 12 husos horarios y más de 150 grados de longitud de este cráter dejado de la mano de dios, os pido que os unáis a mí en este grito de celebración del inicio de nuestras fiestas patronales: Viva Hondur...!!! Estoooo... Viva (sin que sirva de precedente) el Cristo de la Misericordia!!




Sniff...

Addendum: para celebrarlo, yo también me he ido de verbena. Son las 6 de la mañana y esto no tiene visos de acabar.

viernes, 17 de agosto de 2007

Hawaii, impresiones (V) Un flash

Por fin la cosa se ha enderezado y volvemos a estar arriba de faena. Hoy toca hacer un mosaico de una nube de gas molecular para estudiar la formación estelar que se lleva a cabo en ella. Daría más detalles pero es que a lo mejor estoy desclasificando información reservada y no es cuestión de meterse en jaleos de copyright, que todos los que nos dedicamos a ésto de las observaciones conocemos algún caso de malos rollos. Por otra parte, estoy conectado a mi ordenador taiwanés y por fin puedo avanzar algo de trabajo. Menos mal, empezaba a verle el fondo al barril del Youtube.

Que ahora esté currando no significa, como bien sabéis, que ayer lo hiciera. Por eso mismo pude darme a intercambios de links jazzísticos con el abuelo Cebo-sabel el cual, por cierto, está peor cada día que pasa. Se ve que le está dando demasiado el sol, el último correo venía firmado como "Firilo-Cocodrilo" (¿?!) En uno de esos me mandó ésto. Sí, vale, mola mucho, todos tocan de la hostia y Jaco Pastorius se sale. Pero en el vídeo había algo que me tocó la fibra por una razón en especial: el batería es Peter Erskine. Que dicho así a todo el mundo le deja igual. Sin embargo, las primeras baquetas de caja que busqué específicamente eran unas Signature Series del modelo Peter Erskine. Las Signature Series era (es) una línea de baquetas "firmadas", que diseña Vic Firth para los baterías estrella que tiene patrocinados. Mi profesor cuando empecé a tocar tenía un par, y unos cuantos años más tarde, cuando las vi en un catálogo, me hice con ellas sin dudarlo, más por el recuerdo que tenía de ellas cuando yo tocaba con un par de rabos de escoba y las Erskine brillaban en la maleta de mi profesor que por otra cosa. En honor a la verdad hay que decir que todavía las tengo y funcionan genial, muy finas, ligerísimas y con mucho swing, pero si las aprecio es por el componente sentimental que tiene para mí: sólo si llevaba las lecciones bien estudiadas podía pedírselas al profesor para tocar algo.

El resultado de todo fue un ataque de morriña, así que empecé a buscar en Youtube vídeos donde saliera alguien tocando el vibráfono, para recordar los tiempos en los que me estuve planteando mandar a tomar viento los estudios universitarios y dedicarme en serio a aporrear instrumentos, que era lo que me gustaba entonces. Y en una de ésas me encontre ésto. La obrita en cuestión (que creo que no se llamaba así) era un estudio estándar de vibráfono. Vamos, que por ahí ha pasado todo el mundo que tiene, como mínimo, el grado medio de percusión. Mientras estaba intentando tocarla fue cuando dejé la música en plan estudiar todos los días. No acabé con ella, pero algunos pasajes los clavaba. No pude con ella, entre otras razones, porque estaba por encima de mi nivel, pero yo quería tocarla porque tenía un componente emocional. Cuando empecé a tocar, yo llegaba los viernes al local de ensayo de la banda, con mi mochila, en la que sólo había un libro y dos pares de baquetas, y un bocadillo, y mientras acababa de merendarme el pan con chocolate, mi profesor estudiaba un rato. El profesor, el Gurru, era un armario ropero del cual heredé mi legendaria brutalidad para con los parches. Años después me lo encontré y le comenté que el profesor que tenía entonces me acusaba de animal, el me respondió que no, que lo que me pasaba era que tenía "la pegada muy fuerte", como él. El otro profesor aún anda riéndose. El Gurru, como decía, aprovechaba el lapsus de la merienda para tocar, y tengo grabada a fuego en el cerebro una obrilla para vibráfono con la que estuvo un par de meses. Para mí ese sonido era algo totalmente nuevo, eran unos notas que te envolvían, que tenían un halo mágico, místico. No había visto antes un vibráfono, y eso de tocar con cuatro baquetas me acababa de dejar fuera de juego. Y así pasaban las semanas y yo oía al Gurru tocar Trilogy (que es como creo que se llamaba la obra completa en realidad). Con estos antecedentes, ya os podéis imaginar cómo me sentí cuando empezó a sonar ayer.

Pero como la vida da muchas vueltas, y el trabajo a veces apremia, hoy estoy de faena otra vez, controlando que la humedad, que ronda un peligroso 80% no acabe de dispararse. Como las observaciones aquí están más que automatizadas, me he ido fuera a comprar un boleto para la rifa del edema pulmonar en forma de cigarrito. Como la primera noche, al poco de salir distingues un par de estrellas. Poco a poco, eres capaz de ver más, y más, y más. De repente bajas un poco la vista y te das cuenta de que, en la oscuridad absoluta en la que estamos, puedes distinguir la línea de las colinas de alrededor perfilándose en el cielo. En un instante, ya ves la mole que se levanta a tu izquierda, el Subaru. Y cuando levantas la vista desde el telescopio japonés hasta el cénit, ves ese brochazo blanco que cruza el firmamento de lado a lado. La Vía Láctea como nunca antes la había visto, distinguiéndose nítidamente. Y cuando ya iba a apagar el cigarro me ha venido el sonsonete de la canción a la cabeza. Y me he vuelto a sentir con 11 años comiendo pan con Nocilla mientras un tío enorme sacaba de un instrumento rarísimo una música casi mágica. Y entonces lo he visto todo con los ojos de un niño, con mis ojos de niño, y me he dado cuenta de que estar aquí, viendo ese cielo, haciendo lo que estoy haciendo, se parece un poco a lo que soñaba entonces. Y no me ha cabido ninguna duda de que todo, todo, ha valido la pena. Ha sido la confirmación definitiva de que estoy donde debo, donde quería estar, y que aunque nunca me haga rico en este negocio, éste es mi sitio.

Porque yo, de pequeño, no quería tener un deportivo cuando fuera mayor. Quería ser astronauta.

jueves, 16 de agosto de 2007

Hawaii, impresiones (IV) Parece que escampa

Pues eso mismo, que parece que lo peor ya pasó. Seguimos estando dentro de una nube pero el peligro de huracán finalmente pasó de largo, rozando apenas la isla, como una pluma arrastrada por el viento te acaricia la frente. Sin embargo el peor enemigo de las observaciones astronómicas está aquí con todo su potencial. Señores, 100% de humedad relativa. Puedes salir a la calle con una pastilla de jabón y lavar los vaqueros en el suelo, que seguro que haces espuma.

Con un optimismo que parecíamos el Alcoyano hemos tirado cerro arriba a las cinco y media de la tarde. A las seis y cuarto ya teníamos el chiringuito preparado. Preparado para qué? Para esperar. Esperar a que los hados nos sonrieran. Pues nada, a medianoche la operadora ha llamado a no-sé-quién, pero que debe mandar mucho y la voz del otro lado del teléfono, que por lo mandamás, lo telefónico y lo intrigante podría ser MAD, (por cierto, concurso borumballero, a ver quién recuerda quién doblaba a Gadget -no vale Google-) ha dicho que si a las doce y media la cosa seguía igual podíamos coger el camino de vuelta. Son las dos y ya estoy en mi alcoba después de haber repasado el correo y unos cuantos blogs, así que podéis imaginaros que la cosa sigue igual: otra noche en balde. Todavía es pronto para que me cuelguen el cartel de gafe, pero llevo buen camino, todo se andará.

Con estos mimbres, pues, sigo echando horas aquí metido. No estoy mal y sobre todo, es mucho más agradable ésto que compartir aunque sólo sea el espacio con el fulano a cuyo cargo se supone que estoy. Mi madre, por poner un ejemplo, diría que es de lo más maleducado. Yo lo dejaría en que es un gilipollas del copón, que le queda como más propio. Manda cojones, el tío. Me he planteado si es una cosa cultural, pero de alguien que ha estado cuatro años en Francia de doctorando no cuela, por muy de Vietnam que sea. El tío es un capullo capaz de comer frente a tí en la misma mesa sin levantar los ojos de una revista. Le preguntas (por simple cortesía) si puedes llamar por teléfono a Hilo, a la parte baja de la isla, para pedir un password y no te contesta, directamente. Si insistes te dice que él no lo sabe, que se lo tendrías que preguntar a la manager, eso sí, sin apartar la mirada de la pantalla. Por supuesto, cuando se ha ido a cenar he llamado. Este tío es un capullo, pero un capullo en cinco idiomas, que decía Ortega. Venía avisado ("el tío es bastante suyo", "cuidado, que es muy egocéntrico"), pero la estupidez humana nunca deja de sorprenderte. Y como todos sabréis la cita de Einstein que tocaría ahora, paso de ponerla.

Estoy quemado? Para nada. Después de un par de detalles de esos que te dejan cara de gilipollas me he inmunizado y voy por libre. Que subimos a las 5 y media? Pues hasta entonces, me despido por la noche y le saludo cuando vamos a subir para arriba. O cuando se cancela, que es lo que viene pasando. Por suerte, los operadores que nos han tocado el lunes y hoy son buena gente. Un chaval y una chica jóvenes, muy estadounidenses (por las pintas, por el volumen...muy yankis, vamos, de esos que no puden ocultarlo) y buena gente. Además, en el despacho que SMA tiene aquí, en Hale Pohaku (que es como se llama esta especie de campo base donde haces vida mientras no estás en la cumbre) he visto esta tarde, sin embargo, a una hindú monísima, oye, cuyo nombre por supuesto soy incapaz de reproducir. Agradecería que os ahorrárais los vítores y los jaleos, que al final me hacéis sentir un loser por no cardarme todo lo que me pasa por delante. La chica es una monada y punto, y esto es una valoración y ya está.
Y qué más queréis? No estoy dispuesto a mortificaros con más links y lo que más ilusión me hacía, que era intentar describir el cielo de Hawaii, está de más desde el momento en que os lo podéis imaginar con sólo asomaros a la ventana, estéis donde estéis. Con tanta nube apenas aciertas a distinguir alguna estrella. Eso estando en la cumbre, porque las nubes se han instalado en la franja de los 3000 metros y aquí abajo ni eso. Triste, triste. Pero mañana estará despejado. Seguro. Y podrás hasta pegar un paseo por la tarde. Que sí, que sí...

Addendum: Y por supuesto, no podía faltar a su cita, hace un tris ha pasado por aquí el terremoto nuestro de cada día. El de hoy sin mucho ímpetu pero más largo, como el polvo de un borracho.
Addendum 2 (día siguiente): Cuando el colega vietnamita come ramen (esa especie de fideos chinos que salen en PhD Comics) en la sala de control del telescopio no tiene bastante con sorberlos. Luego tiene que masticarlos con la boca abierta. Slurrrrppsssss-Schloff-Schloff-Schloff...Mejor me voy a fumar...

miércoles, 15 de agosto de 2007

Os había avisado...

Que me aburro. Por cierto, alguien conocía a este pavo?


Por el FSM, que escampe la borrasca. Que necesito trabajar! Hasta estos extremos he llegado

Hawaii, impresiones (III) En capilla

Si atendiera a las últimas imágenes del satélite, sería para salir corriendo, aunque no supiera muy bien hacia dónde. Si hacemos caso al loop ahora mismo lo que se tendría que estar dando de puertas hacia afuera serían los prolegómenos de algo gordo. Vamos, que la sensación que me tendría que recorrer el espinazo sería como ese hormigueo que tienes cuando en una conversación nocturna con una gachí intercambias con ella 6 "sí" seguidos cada uno con una entonación.
-Sí?
-Siiii
-Sí [ha]!
-Si, si
Y ya sólo se trata de pronunciar cada uno una pulgada más cerca de sus labios. Está todo el pescado vendido y hay que disfrutar el momento: has triunfado, campeón.

Los prolegómenos, cuando están tocando a su fin, suelen ser lo más divertido de todo proceso. Así pues, ahora tendría que estar excitadísimo, asomándome cada 15 minutos a la puerta para ver si Eolo se despereza del todo o no.

Pues no. Nasti de plasti. Lo único curioso es la extraña sensación de estar dentro de una nube. Te mojas, pero no es lluvia, ni siquiera chiri-miri. Es como cuando entras a darle por saco a tu madre cuando está planchando (perdón por el toque machista, pero todavía no he compartido piso con nadie que planche que no sea mi madre o yo mismo) y te ataca con el flit de mojar la ropa. O cuando, para ambientar la cola de una atracción de Port Aventura, hay un nebulizador que lanza quasi-gotas de agua al ambiente. Una cosa así.

El viento no es nada del otro mundo. Hay rachas fuertecillas, pero nada que no haya visto antes y, por suspuesto, ni remotamente se acercan a los picos de 100 km/h que me pillaron una vez en la antena de IRAM. Si asusta un poco es porque, cuando pasa entre las ramas de unos árboles que hay por aquí (y que de lejos a mí me parecían algarrobos) silba que da miedo y porque, si salgo a echar un cigarrito, el nuevo look del que hago gala me convierte la tapa de los sesos en un radiador isotrópico, y noto el frío en las arrugas del cerebro. Pero nada más. Esta es toda la gracia que tiene un huracán cuando se le ve venir? Pues vaya...

Por todo esto, y aunque el Honolulu News dice que el huracán (o tifón, o ventolera, o lo que sea) va a pasar tangente por el sur de las islas, se han suspendido todas las observaciones hoy. Y aquí estoy, en mi alcoba, suerte que tengo red, pasando el día. Como tengo los horarios cambiados y los ritmos alimentarios yankis en su versión hardcore-astrónomo (cena a las 16:30) se me presenta por delante una velada apasionante.

Conste que no me quejo demasiado. En el aeropuerto de Honolulu nos encontramos con un compañero japonés de Taiwan que venía también para aquí a hacer observaciones con AMIBA, un cachivache que usan los cosmólogos observacionales emplazado en otro volcán de la isla. Cuando nos dijo que iba a hacer las observaciones en remoto se nos quedó cara de gilipollas. "Y para observar en remoto te vienes desde Taiwan pudiéndolo hacer allí??" No, el caso es que, de paso, tenía una noche de observación en Subaru, el monstruo japonés de 8 metros y pico que nos observa a SMA amenazante desde 100 metros más de altura. Adivináis qué día le habían asignado, verdad? Efectivamente, hoy mismo. Los hay que nacen con una flor en el culo...

Aparte, como ya he comentado, Internet me está salvando. A costa de convertirme en un freak adicto al ADSL, hace las horas de espera de lo más llevaderas. Ayer por ejemplo estuve enganchado al Youtube con vídeos de maestros del jazz. Hancock, Miles, Gillespie y otros que me llevaron incluso a tener una discusión on-line con el abuelo Cebo-sabel y el demonio de los mil nicks sobre el autor original de cierta versión. Hoy me he puesto más del terreno y estoy disfrutando con perlas del calibre de esta maravilla, esta barbaridad o esta diosa de la que me he enamorado como un adolescente (ay, cuando pega esas vueltecitas!) Pero nada, nada, comparado con lo más bizarro que he encontrado en mucho tiempo, y mira que me pirra la casquería. Embargado de fervor ranchero he encontrado esto (sobran los epítetos)

Os lo juro, no es un fake. No os perdáis el final!

Habréis comprobado a estas alturas que estoy que me subo por las paredes. Y eso que os he ahorrado la versión de Hurricane de los Scorpions con la Filarmónica de Berlín o la colección de videoclips de las Supremes.


Si habéis llegado aquí sin náuseas, gracias por soportarme, entended que por algún lado tengo que reventar hasta que se hagan las 11 de la noche y pueda llamar a casa por el Skype. Como de todos modos todavía me quedarán horas que quemar, amenazo con volver a postear a lo largo de la noche.

Actualización 2:53: "Vaya mierda de adivino", decía el chiste. Vaya mierda de huracán. Ya no corre ni una brizna de viento, calma chicha total. Eso sí, para compensar, OTRO TERREMOTO. Hawaii es una juerga, troncos!

martes, 14 de agosto de 2007

Hawaii, impresiones (II) Un sitio divertido

Estoy en la cima, in the summit, que dicen aquí. He visto como buenamente he podido, a través de la ventana, uno de los crepúsculos más bestias que recuerdo, con las franjas de colores dibujándose perfectamente definidas en el horizonte sin ninguna nube en kilómetros a la redonda (están como 2000 metros más abajo) Todavía no he tenido ninguna embolia, ni siquiera un mareo, creo que la sala de control tiene un sistema de ventilación que proporciona aire con una concentración de oxígeno mayor a la que hay en el exterior. Miedo me da salir a fumarme un pitillo, puede que al entrar tenga que abrazarme a la bombona. Por cierto, antes se me ha pasado, pero hoy toca observar el centro galáctico, el nuestro. Concretamente Sagitario A, postulado por muchos como agujero negro supermasivo. Para que no digáis que no hablo de ciencia de tanto en tanto. Algún día esta semana tengo que contar cómo se ve el Camino de Santiago desde aquí sin interferómetros submilimétricos, tan sólo a simple vista. Algo brutal.


Entre eso, que el operador se encarga de todo y que no hay manera de configurar el acceso del portátil a Internet vía Linux (oséase, que voy a currar hoy más bien poco), la tarde-noche se presentaba de lo más plácida. Hasta que ha habido tembleque. 5,4 grados y no demasiado lejos. En Hilo, abajo del todo, se les han caído los altavoces de las estanterías y han tenido que tranquilizar a la población: no hay tsunami a la vista. Aquí no ha sido para tanto, pero sí bastante más notorio que el de Taipei. Porque claro, aquí todo es a lo grande, no son mariconadas como esas que hacen los taiwaneses. No como esos tifones que parecen que vienen y al final no llegan, no. Aquí la cosa va en serio




Eso que parece Mallorca que se ve a menos de 2 grados oeste y 4 norte del epicentro es la Big Island, donde tengo que pasar la próxima semana. Y aquí sí que parece que nos va a tocar agarrarnos las calandracas, a partir de mañana a las 11 AM, con el punto álgido en miércoles, se esperan vientos de hasta 120 millas por hora. Quien tenga una calculadora a mano que haga la conversión. Yo paso, que me entra el canguelo.


A ver cómo les explico yo a esta gente que soy valenciano. Que los tifones allí, como no sean en la Albufera, como que no. Que "terremoto" en la capital es el último medio minuto de la mascletà (no es coña, se le llama así, está institucionalizado) Y que lo más parecido a un tsunami que hemos tenido por allí fue la pantanà de Tous.


Mareeeee, quina temooooooooor!!!


Actualización 4:08, previa a la piltra: Esto va en serio, ya lo tenemos encima. Haciendo la cuenta de la vieja, entre la foto de antes y esta

han pasado ocho horas, las mismas que van a pasar hasta que me despierte. A ver lo que me encuentro. De momento fuera hace un viento fuertecillo, pero sin pasarse. Que nostresenyó mos pille confesats.

Santa Bàrbaraaaaa bendiiiiiita
Patronaaaaa de leeees tronaaaaeeees
Tu questàaaaas allíennnnn laermiiiiiiitaaaaa
...

lunes, 13 de agosto de 2007

Hawaii, impresiones (I) Modestia aparte

Haciendo honor a los peores sambenitos que arrastro he olvidado la chaqueta que Dani me prestó después de estar dándole por saco toda la semana. Me di cuenta en el taxi camino del aeropuerto de Taipei, ya demasiado tarde, en uno de esos fogonazos en los que ves perfectamente la chaqueta colocada encima de la silla. Por lo menos era la chaqueta y no el pasaporte.

Por suerte aquí están preparados para esas tribulaciones y tienen un servicio de alquiler de chaquetones, así que prontito, prontito, he ido a pedir uno. Ya lo tengo aquí en la habitación, listo para acompañarme dentro de un par de horitas en mi primera ascensión a la cima. Lo cachondo es el logo que le han impreso en la espalda.

Ahí lo tenéis: claramente lo mejor (o los mejores, no me queda claro del todo). Puede que sea verdad, no lo niego, pero me cuesta imaginarme un sello de la antena de 30 metros de Sierra Nevada con un logo rollo "Über all, die premierren millimetetriken antenna" o como quiera que se diga "somos los putos amos" en alemán. Cuestión de formas. Además, a primera vista parece más el anuncio de una marca de coches o de un bar de putas que el lema de una instalación astronómica, por mucho que sea (que seguramente lo es) la más importante del planeta. No me digáis que no: "Don Pepe, un punto de distinción. Clearly the Best"

Recuerdo un artículo del grupo que el referee de la revista devolvió con algunos apuntes a corregir, algunos de los cuales estaban algo fuera de lugar. Un científico yanqui que trabaja con nosotros nos contestó diciendo que habría que hacerle algunos comentarios al referee, pero lo glorioso fue la frase "Can anyone else do it? I live in Bushland, I don't understand about diplomacy" Pues eso. Diplomacia? Qué coño, somos los amos del corral, les reines del carxofar!

Y tienen razón, joder. Esta tarde, comprobación in situ. Tengo casi tantas ganas como miedo al yu-yu que me puede dar ahí arriba. Prometo intentar actualizar a lo largo de la jornada de observación.

domingo, 12 de agosto de 2007

Ahivá!

Qué marrón! Me he dormido en el autobús y creo que me he pasado de largo de mi parada. Mirad lo que me he encontrado cuando me he despertado...



Ji, ji, jiiii... De visita a Hawaii, que paga SMA. Me siento como si fuera Elvis, a ver si consigo colocar por aquí el audio del Supicious Minds-Live in Hawaii.



Ya intento contaros algo dentro de un rato. Me han subido directo del nivel del mar al Centro de Operaciones a 3000 metros y llevo un mareo de la hostia...

Addendum: El directo en Hawaii no estaba, pero echadle inventiva e imaginad que de fondo se oyen 100.000 fans gritando como histéricas. La canción lo merece. Y thanks again, Delfos!

sábado, 11 de agosto de 2007

Atropellado

Me vais a perdonar las prisas pero, como ya os dije, mañana me voy de excursión y tengo que madrugar un poquillo, así que puede que el post quede un poco atrotinado. Llego ahora del cine, The Simpsons, The Movie, sólo para incondicionales, pero yo lo soy. Aparte, hay un momento en el que Homer dice "cojones" en inglés. Nuevamente hago orgullo de mi condición asilvestrada, no tenía la más remota idea de que el vocablo de marras se usa en Estados Unidos, aunque no creo que sea muy ortodoxo. Y, eso sí, que quede clarito, que hablar mal de uno mismo es como despotricar de la familia o el pueblo de origen, lo puedo hacer yo y sólo yo: no acepto que venga a llamarme paleto alguien de, por ejemplo, Leganés (I miss you, Gustavo)

En esas estaba cuando, al salir, nos hemos encontrado con un stand de publicidad gracioso. Quieres que el personal se quede como tonto mirando la marca que promocionas? Pues coloca un cámara de infrarrojos y enchufa el output a una pantalla de unas cuarenta pulgadas. Verás como todo el mundo quiere hacerle una foto a su espectro:


Este soy yo en el rango de los 10 μm, nótese la ausencia de escudo térmico en la crisma.

No me diréis que no gano una barbaridad. Yo siempre he dicho que salgo mucho mejor si me echan las fotos a baja frecuencia, pero no me soléis hacer caso.

En fin, ya sé que esto es lamentable, pero es que hemos rematado la noche (bueno, la tarde, que he llegado a casa a medianoche) con zumito de cebada a discreción, y la cosa anda más fluída de lo deseable. Tan, tan fluída como para acabar cantando coplas de la Piquer. Ya que alguna fan se quejaba del ángulo de la foto del post anterior, ahí va uno mejor. Creo que en ese preciso instante estaba destrozando Tatuaje:


Elvinoenunbaaaarcooooooo...

La que se asoma es Satoko, con su increíble capacidad para salir en las fotos con un careto idéntico al de su emperatriz. Al natural gana, es hasta mona.

Epílogo: Efectivamente, lamentables las fotos y lamentable el post. Pero me apetecía colocarlas y el blog es mío y me lo follo cuando quiero. Y como dice Antonio "Cochon", el fontanero de mi pueblo: "Quiés riñir? Áhi tienes la paré"

martes, 7 de agosto de 2007

Era mi ocasión

No me conoce nadie, no tengo que esconderme y alguna vez tenía que hacerlo. Ya que parece que lo del táifon se va a quedar en nada, os presento un nuevo capítulo de "Iniciando al escribiente":


Tiene su coña, no? He descubierto pecas que no sabía que tenía. Y no os quejéis, que por momentos me he planteado algo peor:

Con bigote y eso ahí detrás parezco Fu-Manchú. Allá donde fueres...

PD: Efectivamente, empiezo a aburrirme. Suerte que este finde me voy de excursión.

lunes, 6 de agosto de 2007

Que viene, que viene...

Ojito al mail que he recibido hace media hora:

Dear colleagues,

Typhoon "Pabuk" is approaching and may arrive between 8/7~8/8. Please
remember to shut your windows well when you leave your office.

Thank you for your kind attention.
(De nada, hombre, de nada)


Que se supone que tienes que hacer cuando te llega este correo? Pedir auxilio? Acojonarte? Me encanta eso de "que viene el tifon, no os dejeis las ventanas abiertas"

Vale, sera que aqui estan acostumbrados pero yo entre terremotos y avisos de tifones no gano para sustos. Aparte de no tener ni remota idea de lo bestia que puede ser o no ser un tifon. Que es, como una tormenta de verano de las bestias pero que dura 30 horas en lugar de 20 minutos? Bueno, con un poco de suerte igual es hasta excusa para no venir al trabajo:

-Ayer no viniste!
-Es que el typhoon me retuvo en casa.

Y lo mejor es que es creible... Prometo dar cumplida cronica de Pabuk en una nueva entrega de la fascinante serie "Sentet y sus primeras veces"

Actualizacion martes 11:20

Parece que Pabuk se resiste a llegar. Eso si, ha llovido esta noche, lleva toda la manyana chispeando y el cielo esta negro. Pero negro matacabras, del que da miedo. Y he descubierto una cosa cachonda: en ingles, typhoon se pronuncia "t
áifon" (he tenido que coppypastear la a acentuada, jodido teclado chino), como si fuera un cani que ha robado un scooter. "Jay, payo, mira que táifon me he encontrao!"

Lo dicho: un paleto con seis vueltas de rosca a la boina...


Actualización miércoles 1:10

Pabuk parece que nos falla. Al final apenas va a tocar Formosa tangencialmente y por el sur, lejos del norte donde está la capital.

La asamblea de majaras ha decidido: mañana sol y buen tiempo! Me temo que no voy a tener excusa para levantarme a mediodía...

Actualización miércoles 11:52

El dia ha amanecido soleado y con chirimiri, la mar de bonito. Pero me acaba de llegar este otro correo:

Dear colleagues,

Another typhoon "Wutip" is approaching and may arrive tonight. Please
remember to shut your windows well when you leave your office.

Esto ya empieza a parecer cachondeo...

Corolario. Viernes 17:35

Al final ni Pabuk ni Wutip. De hecho ayer fue el dia mas luminoso que recuerdo desde que llegue, era como estar en Valencia en primavera. A otros, sin embargo, si que les ha pillado. Siempre ha habido clases...

sábado, 4 de agosto de 2007

Acudit

Sabeu què gasten els taiwanesos quan van a collir taronja?
Doncs aquesta bossa:

No em direu que no te conya, amb l'accent obert i tot...

Lo siento camaradas cervantinos, pero es intraducible. La gracia que puede tener en castellano es pareja a contar en inglés el chiste de

-For what?
-Paraguayan

miércoles, 1 de agosto de 2007

Modelizando el embrutecimiento


Hoy por fin he hecho una foto tras la que llevaba bastante tiempo. Aquí la tenéis:




Esto es lo que te encuentras justo encima de los urinarios del servicio de caballeros de la Academia Sinica-Institute for Astronomy and Astrophysics. Tengo también una perspectiva más general en la que se puede comprobar que es verdad, pero no he querido saturar la entrada de material visual.

A falta de comprobarlo con el diccionario de Ediciones Judaicas que me regalaron los compañeros de Granada, estoy seguro casi al 100% de que lo que pone justo encima de la frase en inglés es "Confucio dice:" porque vaya tela. "La felicidad reside en tener el pájaro limpito y el meadero ordenado" Jodeeeer. Y claro, después de esto te vienen a la cabeza las estampas dantescas que nos hemos encontrado todos al entrar en algún excusado por nuestra tierra. Y tú piensas "hombre, pues a lo mejor sí que estaría más contento si no hubieran plantado un mojón encima de la tapa del water, sí..."

Es un problema de tacto. De no pedir las cosas como toca. Aquí todavía no he visto ninguna regadío por inundación a la vera del urinario. Por no encontrar, creo que no se encuentra ni el famoso pelo púbico enroscadito. La razón es obvia, miccionas convencido de que serás más feliz si lo haces dentro. Te lo curras, porque no es fácil, y vuelves al despacho silbando Chitty-Chitty-Bang-Bang de lo happy que estás.

A raiz de esto me ha venido a la cabeza un cartelito parecido en las intenciones que vi una vez en València. Me recuerda un chiste:

-Sabes como dice un valenciano "no subas al coche con los pies llenos de barro que me vas a manchar las alfombrillas"?

-"Xe, xe, xe, xeeeeeiii!!!!!"




Para los legos en la lengua de Ausiàs March, que seréis mayoría, indicar que la traducción al castellano no es muy rigurosa. De acuerdo con las normas básicas de l'Institut d'Estudis Catalans, lo ortodoxo sería "Por el amor de dios, no hagáis gorrinás" Así, apocopando el participio, como también lo está en su versión valenciana. Del hecho de que en realidad lo que está escrito es "por el amor de diez" no hablaremos, vamos a dejarlo estar en que las mayúsculas no admitían tildes.

El problema del cartel subtitulado es que me desmonta el esquema. Yo tenía asumido que había un gradiente de embrutecimiento positivo en azimuth, tomando como origen de coordenadas Japón, donde se la cogen con papel de fumar. Traducido al román paladino: cuanto más a Occidente, más cerril. Pero he aquí que mi querida patria (ni chica ni hostias, pa-tri-a) es una singularidad en el continuo. Qué vórtice de saber estar se sitúa en València? Qué nos impele a dirigirnos de esa manera al cliente de un bar? Es verdad que también puedes encontrar bellísimas llamadas al civismo como aquel cándido "hola, soy la escobilla, me siento infravalorada, infrautilizada" que colocaron en los servicios de la Facultad de Medicina de la UV y que enterneció tanto a un amigo que no pudo sino llevarse el cartelito a casa y colocarlo en su baño. Pero bueno, supongo que somos difíciles de modelizar, lo nuestro es cargarnos lo establecido. Vinga, masclets, traques i all-i-oli!!


martes, 31 de julio de 2007

A traición

Llevo unos días bastante espesos en lo tocante al curro. Entre yo y mis supervisores median 6 husos horarios, en el mejor de los casos, y unos días de vacaciones en el peor. Eso hace que cualquier tontería se tenga que aclarar por mail. Y cuando empiezas a hacer cosas que nunca habías hecho antes con un programa que no habías usado jamás las tonterías se suceden con una facilidad pasmosa, con lo cual el trabajo se encalla con más frecuencia de la deseable, aderezado con esa agradable sensación de saber que el criterio que tengo a la hora de evaluar la bondad de un ajuste es parejo al que he desarrollado para el arte moderno. Escaso, escaso. Y echar horas para generar unas imágenes sobre esos cimientos me escama. Al final todo esto se traduce en que salgo de la oficina con un regusto amargo, poco convencido, y ciscándome en los conceptos de optimización del trabajo: las horas me cunden escandalosamente poco, incluso tratándose de mí.

Intento, y mayormente lo consigo, garantizar la estanqueidad entre mis compartimentos vitales. A menos que un plazo me esté comiendo la moral, no me llevo el trabajo puesto a casa. Las discusiones sobre el jodido código del curso de quien ya sabemos saliendo a cuento enmedio de una caña son una excepción, bien lo saben los que lo sufrieron, con Diego y Pepe a la cabeza. Como todos los humanoides, tengo mis límites. Y hoy sufro las consecuencias, aunque más sutilmente. En aquel caso, estar todo el día dándole vueltas a algo que no andaba me condicionaba y no podía aparcarlo al salir por la puerta. Lo que pasa hoy puede que sea un problema de conciencia oculto, y que el escaso rendimiento me deje anímicamente más expuesto a las derivas. Si todo anda fenomenal, sales espitoso del despacho, y todo mola. Si las cosas no andan bien pero te pasas una hora dano brazadas, las endorfinas maquillan el entuerto. La inanición y el día de descanso de la piscina te bajan la moral, y eso somatiza y revienta por donde menos te lo esperas. Hoy por ejemplo me he descubierto hasta los huevos de la comida. Invocando a la razón, he descubierto que no era que me apeteciera un plato de jamón, por decir algo. De hecho, tampoco me atraía la idea de comer nada en concreto, ni siquiera imaginarme la mesa que pone mi madre cuando vuelvo a casa después de dos meses me estimulaba los jugos. Era hastío, punto.

Supongo que todo este estado de la psique habrá sido el detonante de lo que me ha pasado hace un momento. Estaba leyendo algunos blogs de autores desconocidos (al menos para mí) con los humos un pelín subidos. Suelo ponerme a la defensiva ante los fantasmones. Como a la mayoría, las sobredosis de amor propio, tras una fase inicial de deslumbramiento, me dan un pelín de asquito, pero he decidido darle una oportunidad a su literatura. Al fin y al cabo, y salvando todas las distancias, Bukowsky no dejaba de ser repelente, pero leerlo mola. Como no dejo de ser un snob de mierda, me he encendido un pitillo, he abierto una cerveza a falta de poder servirme un gin-tonic, y he puesto a andar en el Winamp el Kind of Blue de Miles Davis. No me dejaba concentrarme en la lectura y he tirado a algo más light, más de hilo musical. He pasado a Stan Getz, y me he puesto a oir (no se puede escuchar música y leer atentamente a la vez) una colección de versiones de Bossa Nova. y en esas estaba cuando, al sonar la Samba de Una Nota So me ha traicionado el subconsciente. Por un momento me he visto de nuevo en Rio, desayunando una cerveza en la terraza de la casa de Carolina (nunca te lo agradeceremos bastante, Fofa) viendo la playa y oyendo discos de Tom Jobim. Y cuando he levantado la vista del monitor he visto el ventanuco color aluminio de mi apartamento, pequeñito y feo como es él. Hay veces en las que los recuerdos no te vienen, te atacan a mala fe. Y digo a mala fe porque yo mañana por la mañana, yendo a la universidad, me acuerdo de alguna juerga y sonrío. Me pasa cuando suena el "You Want To" en el MP3 mientras voy en el autobús. Me acuerdo del subidón en Razzmatazz el 30 de diciembre cuando pusieron la canción a las 5 de la mañana y no puedo dejar de preguntarme qué pensarán los chinos que hay a mi alrededor de la sonrisa que se me pone, que no me cabe en la cara. Eso es un recuerdo que viene, saluda, pasa un buen rato contigo y luego se va. Lo de la playa de Sao Corrado ha sido un recuerdo embozado, como esos espadachines sicilianos que se le aparecen a Diego Alatriste en esquinas oscuras y te apuñalan sin dignarse a darte las buenas noches.

Le he intentado hacer frente y he apoyado la nariz contra el cristal, mirando las luces de la ciudad. Mi ventana no tiene la mejor orientación posible, con lo que tampoco puedo disfrutar de una sábana inmensa de lucecitas pese a estar tan alto. Con todo, la vista era bonita. He pensado en abrir la ventana y apoyarme en el quicio a acabarme el cigarro. Siempre me ha relajado muchísimo hacerlo, aunque fuera en un patio de luces y la vista se redujera a calentadores de agua, lavadoras y paredes ennegrecidas. No he podido. Hay una mosquitera. He hecho que el humo se difractara entre la rejilla y he visto que, debido a la alta humedad, la nube no se dispersaba, sino que se quedaba flotando burlona a escasos centímetros, como recordándome que ella sí podía escapar y yo no. Al final, en un escorzo, he abierto sin darme cuenta la mosquitera. En mi infinita candidez la creía fija. He podido sacar medio cuerpo fuera, sabucant-me, y resarcirme un poco. Para terminar, he querido hacer una foto de larga exposición para colocarla en el post pero la batería de la cámara, en un guiño traicionero, se ha agotado. Y me ha dado la sensación de que mientras el icono de batería baja parpadeaba me estaba susurrando al oído "no creerías que te ibas a ir de rositas..."

domingo, 29 de julio de 2007

Mi mayor error

Ayer sábado por la mañana me levanté a una hora más o menos inmoral y decidí ir a la oficina un rato. La jornada aciaga del viernes me pesaba en la conciencia y, total, tampoco tenía nada mejor que hacer, así que me propuse intentar sacar aunque fuera un par de horillas y, ya de paso, hacer unos largos a media tarde, así que cogí la mochila y metí el portátil y los trastos para la piscina, separados en los dos compartimentos que tiene mi bolsa. Entonces pensé que coger la cámara sería una buena idea: era sábado y podía dar una vuelta e intentar echar unas cuantas fotos, ya que ando más bien escaso de material audiovisual. Desestimé la idea. Para que la cámara fuera más o menos resguardada dentro de la mochila la tenía que poner junto al bañador, el gorro, la toalla, las chanclas...y no me pareció la mejor opción. Total, tampoco preveía nada extraordinario.

Desde que estoy aquí no soy consciente de haber tenido ninguna metedura de pata sonada, más allá de olvidar pagar el alquiler (de mañana no pasa!) u olvidarme de alguna tarea que me habían asignado. Todo dentro de un margen de error asumible. Hasta ayer.

Cuando a mediodía llegué a la universidad me encontré el campus, y más concretamente la explanada que hay justo delante del edificio donde quemo jornadas laborales, tomada por los freaks. Era una concentración de personajes manga. No sé quién coño organizaba tamaño despropósito, pero era una especie de fiesta llena de taiwaneses (supongo) disfrazados de su personaje de cómic favorito. Personajes que, como podréis imaginar, no eran Sacarino, ni Tintín, ni tan siquiera Spiderman. Allí estaba el universo manga en pleno, vivito y coleando. Esas jornadas en las cuales se concentran los frikis a vestirse (y comportarse, ojo) como su anime favorito tienen un nombre que yo alguna vez supe, pero como el consumo de ciertas sustancias me obliga a optimizar mis recursos de memoria, recuerdo el nombre con la misma intensidad con la que recuerdo las valencias del estroncio.Aunque eché en falta una composición de las fuerzas especiales de Freezer entendí que mi cultura en este campo equivalía a la de un japonés que cree que la gente pasea por Sevilla con montera, así que me dediqué a observar un submundo de ninjas, nenas con puntillas y mucho tacón, kimonos del estilo del de Tou Pai-Pai y cosas parecidas. Había incluso un tío con una carcasa de Transformer, rollo Mazinger Z pero más currado. No pude dejar de pensar en las cosas que se pueden hacer en todo el tiempo que habría invertido el fulano en currarse su traje. La nube de fotógrafos que tenía alrededor daba buena fe de lo conseguido del disfraz. Y allí estaba yo sin cámara. Ay!

Lo mejor de todo ésto fue que, en contra de la sensación cotidiana, por un momento tuve la sensación de estar realmente en Asia. Esto en occidente no pasa, al menos de una forma tan exhuberante, aunque una vez, en el campus de Burjassot, durante la carrera, andaba por entre las facultades un comando de guerreros imperiales de Star Wars patrullando a la busca (supongo, no se me ocurrió preguntar) de Jedis. Tardaré en olvidar el apuro que pasé cuando vi que uno se acercaba a mí apuntándome con un rifle láser de cartón hasta que dijo "hola, Vicent" "Caguendena, Pablo"... era mi compañero de prácticas de óptica. A la postre, número 1 de la promoción. Pero leches, eran cuatro gatos, y estuvieron incordiando un rato, tal vez una mañana. Estos han tomado el campus durante todo el finde. Razón por la cual me había propuesto volver hoy y, esta vez sí, hincharme a hacer fotos. En esas estaba, a punto de salir de casa, cuando se ha puesto a llover depués de comer. Cuando ha parado he movido finalmente hacia el bus, pero al llegar a la universidad aquello ya tenía la pinta de un domingo por la tarde en el Viña Rock. Había escampado prácticamente todo el mundo, y los que quedaban ya no estaban posando como la víspera, sino charlando con sus colegas bizarros. Katastroff!!

Al final María me ha comentado que ella sí ha llegado a tiempo de hacer fotos, espero que me pase algunas y poder actualizar el post. Con fotos o sin ellas me siento como un noruego recién salido de Las Ventas...

viernes, 27 de julio de 2007

El Jueves y su circunstancia

Le he estado dando vueltas al título un rato, ya que en la coyuntura mediático-judicial que se vive por allá podía dar pie a confusiones. No hablo de la publicación. Hablo del jueves en sí, del concepto, como decía Pacitos (1:25). Recordad si no, los que estéis en condiciones de hacerlo, vuestros años en la universidad. Una frase que empezara con "oye, el jueves..." era presagio de algo grande. Te animabas sólo con pensarlo, se te ponía el cuerpo de jota. Porque el sábado se sale sí o sí, el viernes se puede liar algo pero suele ser una noche intrascendente. Pero, ah amigo! el jueves! El jueves era el acabose, el desmadre, el todo vale. Si sales un sábado puedes salir por salir, sin más; total, el domingo no tienes que hacer nada. Pero lo del jueves es premeditado, sabes que vas a perder horas de clase, que vas a faltar a compromisos o peor aún, que vas a acudir medio muerto. Y aun así, sales. Y claro, ya que te pones, te pones. Esa era la mentalidad. Recuerdo esperar a la gente con la que había quedado y ver pasar a las niñas de tres en tres, ligeritas de ropa y más pintadas que una puerta. Y no podía evitar pensar en que sus padres las imaginarían en el piso de estudiantes, haciendo la cena en chándal y pantuflas cuando en realidad a casa iban a volver a las 5 de la mañana con un maromo casi tan borracho como ellas. Tras un jueves aciago me dejaron a mí tirado, por ejemplo, en la esquina de Cardenal Benlloch con Blasco Ibáñez, a las 7 de la mañana, con un frío que te silbaba por la caña de los huesos y la cazadora en el coche de un colega. Pocas veces he sentido tan tibante esa necesidad de gritar y reír a la vez, de romper a carcajadas por lo surreal de la situación. Y es que esas cosas sólo pasaban en jueves.

Por qué todo esto? Porque ayer, que era jueves, se me complicó un pelín el percal. Salimos a cenar para despedir a dos compañeros indios, Manuj y otro cuyo nombre no recuerdo. Y claro, aquí no sales a cenar de tapas, ni de bocata, ni de nada decente. Vas a un sitio con una mesa circular en cuyo centro hay otro círculo que puede girar sobre su eje en el cual dejan comida variada, pero china. Y tú vas cogiendo la escasa cantidad que te permite tu pericia con los palillos y, eso sí, bebiendo cerveza a todo el ritmo que puedes. El freno lo pone el vaso, que tiene un volumen entre el vasito de carajillo y la caña. Y así, entre que la cerveza es fina y pasa como agua y que apenas comes, sales contentillo. Después fuimos a acabr la cosa a un bar donde, a precios pornográficos, sirven cerveza europea, la mayoría mejunjes belgas más dulces que amargos, pero con alta graduación. Te tomas un par y notas que llegas a casa a medianoche mareadillo.

Sin embargo, nada hacía presagiar la que se me venía encima hoy por la mañana. Tenía resaca. Sí, sí, resaca, y además de la chunga de cerveza, esa empalagosa que te entumece el cuerpo y te rellena con hormigón las arrugas del cerebro. Me he sentido realmente mal durante todo el día, en parte por la resaca en sí y en parte por el horror de verme tan decrépito. En qué te has convertido Martínez? Vale que nunca has sido fijo de los churros post-fiesta, pero esto pasa de castaño oscuro. Tú, que te crecías y querías ir a la facultad de empalmada hasta que veías que no podías coger la moto de lo borracho que ibas, tú chapoteas ahora en el malestar más absoluto después de ir de cervezas. De cervezas, por amor de dios, que cuando son fiestas del pueblo te bebes un litro en ayunas. Y en esas estoy, acabando el viernes lo mejor que puedo, mentre passe penant un rio de mort lo dia, que decía el poeta. Y no puedo dejar de buscarme excusas: que si el calor, que si la humedad, que si bebo una cerveza cada dos semanas y estoy bajo de forma, que si pam, que si pem...

Y por si fuera poca mi desgracia, esta mañana desayunando he encendido la tele. Cansado de que los canales de deportes emitan beisbol, billar o baloncesto femenino, he hecho un poco de zapping. Y qué me encuentro?


Efectivamente, Takeshi y sus chicos. Tragedia, insomma, no hay que ponerle paños calientes. Hay días en los que sería mejor no levantarse de la cama.