I took a trip down to L'America

domingo, 15 de julio de 2007

Vaya...

No quiero condolencias, lo digo desde ya. Y lo digo en serio.

He estado un rato pensando si escribir esto o no. Al final me he decidido. Llevaba ya unos días planteándome que, estando tan cerca de llevar un mes aquí (técnicamente se cumple mañana) iba siendo hora de ir más allá de anécdotas y abrir un poco la ventana, dejar que entrara el aire y soltar un poco de lastre. Empezar a narrar impresiones, sensaciones, cosas que se te pasan por la cabeza. Si hacía falta un revulsivo para sincerarme un poco y pasar de la forma al fondo, ha llegado de golpe y bastante chungamente.

Ayer sábado me desperté con una perdida de mi hermano en el móvil a las 7 de la mañana taiwanesas, 1 de la madeugada por ahí. El día que el Barça perdió la Liga y el eibarrés de los cojones estuvo tocando los ídem a las 4 de la mañana decidí tener el móvil en silencio puesto que, al fin y al cabo, no voy a responder. Cuando ayer llegué a casa a las 2 de la noche y vi que mi hermano me había llamado tres veces más, empecé a notar cierto olor a cuerno quemado. Cuando al final, hace apenas media hora, he conseguido hacerme con él, se ha confirmado lo que me venía rondando por la cabeza: la uela Consuelo s'ha mort. Decir que es lo mejor que le podía pasar a ella y a los que estábamos a su alrededor me suena demasiado fuerte, no tengo tripas para soltarlo tal cual. Pero no deja de ser verdad que llega un punto en el cual te planteas qué es lo menos gravoso para una persona que está en su estado.

Puestos a ser sinceros, lo único que me jode de verdad es que me haya pillado aquí. No porque me afecte en mayor medida, éso no. Si aprendí algo en la universidad fue a sacarme las castañas del fuego, a comerme los marrones yo solito y superarlos. Y, por si al dejarlo entrever no se ha visto suficientemente claro, lo que ha pasado no me quita el sueño. Pero me jode no estar con los míos, aunque tampoco les haya destrozado la vida.

No quiero montar aquí una historia sensiblera, pero recuerdo cuando faltó el uelo Vicente, el que marido de la que se ha ido ahora (he tenido dos abuelos Vicent, es lo que tiene), aquello fue un golpe realmente fuerte. Hasta 5 meses antes de faltar iba en bici a todas partes. Regaló las escopetas de caza con 84 años, cuando ya le pareció que no tenía la vista como para ir pegando tiros por el monte (no la tenía desde algún año antes, pero a ver quién se lo decía), el último verano todavía nos lió por lo menos a diez personas, entre tíos y primos, para recoges no-sé-cuántas arrobas de patatas que había sembrado. Se fue en un ay, en apenas medio año pasó de ser un torrente de vitalidad a apagarse, creo que voluntariamente. Estuve en el hospital con él dos o tres días antes de que se fuera y recuerdo perfectamente cómo me apretaba la mano. Se despedía. Aquello fue jodido desde el momento en que no he conocido a una persona mejor que él, ni que hiciera sentir tan bien a la gente a su alrededor. El día del entierro fue un desfile continuado de gente por casa que venía a agradecer a la familia lo mucho que Visente havia fet per ells. Estuvo trabajando media vida en la Cámara Agraria e hizo cotizar a la gente del pueblo aún cuando ellos no querían. "Ah, no, no, no te puc deixar de cobrar este mes perquè ja se m'han borrat dos, i si te borres tu en sereu tres, i si se'm borren tres a mi me rinyen des de Castelló", i así los embaucaba. Las pagas las mandaba reparatir casa por casa a sus hijos, y mi madre recuerda cómo la gente preguntaba de dónde había salido aquello, ver mujeres besando el primer billete de mil pesetas que veían en su vida. El cariño de la gente cambió por compleo un día que prometía ser muy jodido, y dos años y medio después no podemos dejar de evitar recordar esos ratos con una sonrisa.

El caso es que la abuela Consuelo, Consuelito, una mujer tan sumamante afortunada del marido que tenía que se desorientó un poquito cuando se vió sola, se ha apagado también. No sé si nunca me habría creído que me pillaría tan lejos de casa. Dando una vuelta después de cenar se me ha perdido la mirada en una avenida llena de coches, con tres o quizá cuatro carriles por sentido. No alcanzaba a ver dónde acababa. Y pensaba que desde ca l'auela, con mucha menos profundidad, vería el puente de la Rambla y el Bovalar, el monte que cierra el paisaje entre las hileras de casas. Aquí sólo pasaban motos de tres en tres rozándome. Al fin y al cabo, así no habrá manera de olvidar cuándo pasó. El auelo Vicente faltó estando yo en Barcelona, haciendo las prácticas del CAP. La tia Pilar, algo más que una abuela, al alba del 19 de marzo, quien no sea valenciano puede que no intuya cómo me pilló. El otro auelo Vicente sin hacer ruido, la víspera del examen de Física Estadística, y nadie se atrevió a decírmelo. Me enteré a examen acabado, horas después del entierro, tal vez porque todos sabían que el abuelo no les hubiera dado permiso para molestarme ("com van els estudis? be? Estudia, que es per a tu"). I ara, Consuelito, me fas esta. Ara si que l'hem feta bona...Tant se val. Millor aixina. Un bes, allà on pares. Per molt que remugares sempre has sigut entranyable i els teus t'hem vollgut. Encara que "la faena haguera sigut teua si hagueres trobat un home igual que tu" , que deia el teu home, te trobarem a faltar.
Un beset.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Seguro q la hicisteis muy feliz mientras estuvo, igual q ella a vosotros, q al final es lo q cuenta. Lástima q no puedas estar (fisicamente) con los tuyos, xq en estos momentos es lo q uno necesita.
Muchos, muchos, muchos biquiños y un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola chiqui,
las palabras sobran a veces, en estos momentos más....pero si consigo que las mías te lleguen en forma de abrazo pues entonces conseguido.
Lo siento mucho, siento que estés lejos, en estos momentos supongo que sólo nos quedan los recuerdos, pero me parece que en esto tú tienes mucha suerte!!! Seguro que sonríes recordando más de uno y más de dos y....
Un beso,te echo de menos.ánimo!

juandesant dijo...

Un abrazo, nen… y sigue manteniendo los buenos recuerdos, que se te da muy bien hacer que la gente se imagine cómo son aquellos que te importan.

Anónimo dijo...

lo siento mucho mi arma. un abrazo desde el zulo

Anónimo dijo...

Compañero, un abrazo fuerte desde estas latitudes.

Anónimo dijo...

Ho senc carinyet, molts besets